viernes, 30 de enero de 2009


Apreciados blogueros y lectores,

Las casualidades han hecho que esta semana el viento haya sido protagonista de nuestras vidas tanto fuera como dentro de la oficina. Lo que son las cosas: el fin de semana un tremendo vendaval azotaba la ciudad, mientras en Play, mis muchachos han tenido que estudiar, diseñar y redactar las ventajas y beneplácitos de la energía eólica. Para que luego digan que no existen las coincidencias. La cuestión es que las fuerzas de la naturaleza son incontrolables e inesperadas un poco como somos los felinos. Si nos da por arañar, no hay persona humana, que nos controle y, además, inesperadamente te podemos morder cuando menos te lo esperas. Así es la naturaleza, poderosa, y así somos los gatos, independientes y felinos.

Existen algunas ciencias que intentan estudiar, determinar y explicar los fenómenos de la naturaleza, incluidos a lo gatos, pero es que hay cosas que no tienen explicación. Los humanos sentís afán por entenderlo todo, por explicarlo todo y, en ese afán, esta semana he leído –sí, sí, yo soy un gato muy leído y lector –una noticia que decía que la amistad es algo científico. Dicen que si alguien te cae bien y le llegas a llamar amigo es porque se crean unas conexiones genéticas. ¡Paparruchas! Qué manía tenéis los humanos de pasarlo todo por reglas y números matemáticos. No me creo que los amigos se escojan por los genes. Los amigos se escogen por otra razones: por afinidad o por oposición, por física o por química, pero nunca por genética. Repito: ¡Paparruchas! Hay cosas que no se pueden explicar, suceden y ya está.

A mi como gato me pasa lo mismo, hay con quién me llevo mejor y con quién me llevo peor y eso seguro que no será por genética, pues la vuestra y la mía no tienen nada que ver. Para mi, mis amigos humanos son aquellos que me miman, que me cuidan, que me sonríen, que me entienden cuando estoy huraño y ofuscado, que me dejan moverme en libertad e, incluso, a veces, arañar. Bueno, en el fondo, lo que busco en mis amigos es lo mismo que vosotros. Claro, excepto, lo de arañar. ¡Vamos eso espero! Porque como tengáis algún humano amigo que arañe, o sois masoquistas o decídmelo, porque eso si que es digno de ser estudiado.

Luego están aquellas personas con las que no sintonizas y punto. Personas sobre las cuales nunca me sentaría, personas a las que maullaría siempre, personas a las que rehuiría y personas de las que no aceptaría carantoñas. Y, eso seguro que no es genética. La amistad como tantas otras cosas no se puede forzar ni domar, ni exigir ni pedir.

Y es que la amistad, como las fuerzas de la naturaleza y yo mismo, la mayoría de las veces es incontrolable, incomprensible e imprevisible e, incluso, fruto de la casualidad. Para que luego digan que no existen las coincidencias…

Próximamente, más y mejores ronroneos.

Play, el gato.

Posted by Publicado por Play en 6:04
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2 comentarios:

:DVD: dijo...

Seguro que hasta existe un término para definir la ciencia de las coincidencias!! y probablemente no es "Paparruchas"... Bien rescatada esa palabra, Play... No dejemos que expresiones como esa se extingan.
A partir de ahora cuando crea que un cliente propone algo absurdo, le diré con voz grave y muy seguro de mí mismo: "Perdone, pero creo que esas propuestas son PAPARRUCHAS!!" De hecho, ahora estoy pensando que este comentario en sí es una paparrucha... ole, ole... Pon una paparrucha en tu vida!!

Paparrucha: s. f. fam. Cosa desatinada o sin sentido que se dice o se hace

mireia dijo...

"Luego están aquellas personas con las que no sintonizas y punto".... Totalmente de acuerdo, sin esperarlo, incluso con el paso de los años,no???

Por cierto los humanos son masoquistas, sí! Y suerte tenems los que arañamos de vez en cuando, que los de nuestro alrededor lo soportan, que si no vamos listos!