viernes, 18 de septiembre de 2009


Vuelta al día a día. Regreso a lo conocido y, por tanto, al blog. Así, ya estamos en septiembre, el momento que realmente supone un punto de inflexión y en que los humanos retomáis viejas costumbres u os empeñáis en absurdas promesas ficticias.

Pero, como aún estamos con el jet-lag estival, y prefiero no pensar en lo que vendrá, os voy a contar un poco mi verano. Han sido unas vacaciones de lo más variadas, así que allá va mi relato: Allá por julio, decidí irme unos días a las playas cercanas a hacer turismo nacional. Mar en calma, unas tapitas para llenar la barriga y un muy mucho de descanso. Ahí recargué las pilas para luego irme al norte de Europa. Y pensareis, ¿qué se te ha perdido allí Playete? Pues, después de sol y calor, nada mejor que el frescor de los mares del norte, con sus verdes bosques. Creí que encontraría a algún gnomo, pero en su lugar, lo único que hallé fue muchísimo calor. Después me cogí la mochila y me fui aún más lejos, a la India ¿Y quién me mandaría? Porque no es precisamente un lugar fácil para los gatos. ¡Aunque claro no lo es ni para los humanos! Allí abundan más los perros, pero con algún gato también me he topado. Con el karma renovado y alabando las comodidades de Occidente, volví a ésta, mi casa. Y aquí estoy escribiendo esta entrada. Hace poco me propusieron ir a Ucrania, pero pensé que ya era mejor quedarme. Como mucho me iré a Ripoll o a la Cerdanya para recuperarme de los excesos estivales, pero no puedo ausentarme demasiado. ¡Estos chicos necesitan ser controlados! Porque si no estoy yo detrás, a ver ¿quién les inspira? ¿Quién les alienta? ¿Quién los hipnotiza con mi sola presencia? Es que mis muchachos no son nada sin su gato –anda, que cuando lean esto, van a estar contentos.

En fin, que aquí estamos de nuevo, de vuelta al día a día. Eso sí, con el ánimo mudado –porque el pelaje ya lo cambié antes del verano- y las energías desbordantes, aunque hay quien siempre me supera, ya sea por adrenalina propia o debido a las bayas milagrosas. Pero prometo no señalar a nadie.

Sólo me queda deciros que vuelvo de nuevo con ganas de seguir explicando muchas cosas y no sólo de Play, sino del mundo, en general. Además, durante este año creo que oiréis hablar mucho de un gato negro… Ya iréis viendo.

Así que ahora ya guardo mi mochila viajera repleta de recuerdos y aquí os dejo. ¡Ah, por supuesto, todo esto es inventado! ¿Cómo iba este gato tan vago a viajar por medio mundo? Todos estos sitios han sido algunos de los lugares que han visitado mis muchachos…. Pero me han puesto los dientes tan largos y las uñas tan afiladas, que he decidido salir un poco más de Play. Así que mi promesa para el nuevo curso es vencer el miedo y hacer más salidas nocturnas para ampliar conocimientos. ¿Veis como ya me parezco demasiado a los humanos? ¡Hasta hago promesas post-verano! ¡Este es el fin de los gatos felinos! Somos gatos humanizados.

Próximamente, más y mejores ronroneos.

Play, el gato


Posted by Publicado por Play en 4:26
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