miércoles, 15 de febrero de 2012



Cada persona ha de seguir su camino, su propia senda y destino. Y en esta vida, a veces hay caminos que se cruzan y que durante un tiempo comparten el mismo rumbo. Versan paralelamente, encontrándose con los mismos bonitos parajes o se ven obligados a escalar las mismas cimas o saltar las mismas piedras. Incluso hay momentos en que esos dos caminos van tan cerca, están tan juntos, que parecen uno sólo. Sin embargo, llega un momento en que esos caminos que han transcurrido juntos –que no revueltos- se separan en busca de su propio destino. Y eso no es bueno ni malo. Cada uno tiene deseos diferentes y eso es lo que nos hace grandes y nos enriquece.

Estaréis pensando: ¿qué le ocurre a Play que vuelve después de meses y además hablándonos en forma de metáforas sobre caminos, sendas y vida? Pues sí, soy Play, el gato, tranquilos, no me han cambiado ni sustituido. Sigo siendo el muso y niño mimado de Play agencia. Pero, a veces, hay que ser más profundo, más sentido para expresar los que nos acontece… Y es que uno de mis muchachos, Alex, ha cogido su propio camino. Hemos compartido durante cuatro años esa senda llamada Play y ahora pone rumbo a otro lugar que no sé si molará más –Gato no tienen, y eso es un punto menos-, pero que seguro que le enseñará muchas cosas y le hará crecer como persona.

Por eso tenía que dejarle un recuerdo porque ha sido uno de los muchachos a los que mejor he sabido engatusar con mis artes felinas. Desde el primer momento en que entró con su acento ucraniano, se mostró afectuoso con este gato que os escribe. Y ya sabéis que a mí me pueden los mimos y es hacerme tres caricias y tenerme ganado de por vida. Exactamente eso pasó con Alex. Me cuidaba, me mimaba. ¡Y yo le devolvía ese cariño y ya estaba en mis redes! Eso sí, nunca me dejaba sentarme en sus faldas, pero me puso un cojín en su mesa para que me acomodara. También fue el encargado de mantener mi rincón de desahogo limpio como una patena y de darme la latita de los viernes -¡preocupado estoy de quién se encargará de ello a partir de ahora!

Alex siempre me cogía con sus brazos grandotes y me volteaba en el aire. Y entonces yo me sentía el rey del mundo más alto que ninguno. También me procuraba chuches varias y me acompañó en alguna ocasión al veterinario. Siempre me saludaba por la mañana y se despedía de mí al acabar la jornada. Durante las vacaciones me pasaba a verme para hacerme compañía y que la espera no se me hiciera tan larga…

Sé, porque el mismo me lo ha confesado, que ha cambiado durante este tiempo. Se abrió al mundo, dejó su granito de arena en forma de palabra frescológica –¡qué ya tiene guasa que venga un ucraniano y se invente esta palabra que tan bien define hoy a Play!- y nos mostró que a veces tras una fachada grande, fuerte, recia se esconde un tierno corazón. Los ojos acuosos lo delataban en la hora del adiós.

¡Te echaré mucho de menos! Y seguro que no seré el único.

Te deseo que ese nuevo camino te llevé allá donde tú deseas. Y sobre todo que no te olvides de pasarme a ver.

Ronroneos varios y nostálgicos,

el Gato Play

PD: Y ya no prometo nada sobre si volveré a escribir o no. Dejaremos que el tiempo lo diga y me muestre mi camino.

Caricatura by DVD

Posted by Publicado por Play en 5:02
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2 comentarios:

Alex dijo...

Gracias, os echaré de menos a todos.

Anónimo dijo...

Alex no te conozco personalmente pero viendo la despedida que te hace el gato Play, no dudo de que eres un buen chico,te deseo toda la suerte del mundo.