lunes, 2 de noviembre de 2009


Siempre todo acaba estando interrelacionado. Es algo real, algo casi palpable. En la vida, los hechos y los sucesos se encadenan de manera increíble y sorpresiva, haciendo que incluso las coincidencias de una serie como Lost —si, sé lo que es, soy un gato informado— sean un pequeño puzle si lo comparamos con el mosaico real que es la existencia.

Sí, estaréis pensando: Play, ¿qué te ocurre hoy que has abandonado tu tono facilón y algo sarcástico para ponerte tan serio y trascendente? Pues, sí, queridos lectores, a veces, uno se siente así porque no queda más remedio. Y es que la vida se celebra, pero también se pena. Hoy es el día de difuntos

Y es que las coincidencias —esa extraña ciencia de la que ya hablamos en otra entrada— provocaron, hace algunos días, que por la tarde acompañara y animara a una de mis muchachas a escribir frases más o menos bonitas y promocionales sobre seguros de decesos, cuando me entero que un amigo de los de mi especie se nos había ido. Así es la vida.

Por mucho que digan que tenemos siete vidas, la realidad es que somos finitos como los humanos. Tal vez, superemos caídas desde pisos altos o nos reencarnemos, pero que sepamos también a nosotros nos llega nuestra hora. A algunos más tarde o a otros más temprano, pero siempre acaba provocando una gran pena.

Mi amigo era un buen compañero, de la misma tipología que yo: rescatado de un destino incierto para caer en buenas manos y mimoso hasta decir basta. Le gustaba sentarse en las faldas conocidas y ajenas y pasearse junto a su amigo de juegos, un gatito ciego. Mi amigo de larga cabellera, que le había provocado más de un tirón de pelos, era uno de esos gatos que se convierten en fiel compañero para sus familiares e, incluso, para los extraños. Yo no lo conocí tanto como me hubiera gustado, pero siempre lo recordaré. Y ahora ha dejado un cúmulo de tristeza entre sus dueños y amigos. Pero, os digo una cosa, amigos humanos, no sufráis. Sé que es difícil porque aunque la muerte forme parte de la vida es algo que no tenéis asimilado.

Afortunadamente, los gatos lo llevamos mucho mejor porque nosotros lo entendemos como algo natural. Y eso no significa que seamos insensibles. ¡Todo lo contrario! Pero somos conscientes de que es algo que está ahí. Irremediablemente. Por eso, no nos escondemos detrás de nuestra cola, ni cerramos nuestros párpados para evitar ver —eso sólo lo hacemos para echarnos a dormir.

Nosotros vivimos el día a día de la mejor manera posible. Esa es nuestra filosofía. Por eso, me gustaría enseñaros esta manera de ver las cosas. Haceros entender que disfrutéis de cada momento, porque eso es lo único que permanece en el recuerdo. Lo demás acaba pasando. Me gustaría alentaros a que vierais y vivierais estas situaciones de otra manera, pero todo necesita de su tiempo y tampoco aspiro a que un gato negro como yo os pueda cambiar el pensamiento. Así que esta semana no os voy a echar nada en cara, ni os voy a meter caña. Cada uno que afronte las situaciones lo mejor que sepa o que pueda.

Hoy es día de difuntos y, continuando con las casualidades, ahora voy a seguir echando una mano a mi muchacha con las frases de decesos.

Aunque comprenda que es nuestro destino, siento algo de pena por el amigo que se va… Hoy os entiendo un poco más, hoy soy un poco más humano.

Mi recuerdo para Deep.

Próximamente, prometo ronroneos más alegres.
Play, el gato.

Posted by Publicado por Play en 9:16
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