viernes, 30 de abril de 2010


Queridos seguidores felinos y blogueros humanos:

Aquí estoy de nuevo. Sé que han sido muchos días, muchas semanas en que no he dado señales de vida, pero estoy bien, a puntito de dar por zanjado este paréntesis de vida llamado cura de desintoxicación humana.

Creo que mañana ya me darán la patada en mis humildes nalgas y volveré con mis muchachos, a la agencia, a mi día a día. Eso sí, regresaré dispuesto a no convertirme nuevamente en títere humano.

Debo confesaros que mañana me dan el alta, pero no es un alta real. De hecho, me echan. Sí, tal como suena. Mi gato terapeuta, del que ya os hablé, dice que hemos llegado hasta aquí y que no existe terapia para que sea más felino.

Después de escribiros la última entrada, en la siguiente sesión con el terapeuta, en un arrebato de sinceridad, le confesé que me había comunicado con el exterior. Yo estirado en el diván y él acicalándose los bigotes, me miró y me soltó: ¡Eso no es propio de un gato, Play! Sí, él me llama Play, dice que Playete es ñoño, que me denigra como gato y además es un nombre impuesto por humanos. Yo no estoy de acuerdo con nada de todo esto, a mi me gusta Playete, porque indica cariño, pero pasé de llevarle al contraria porque igual tenía razón y yo estaba equivocado. Ahora me doy cuenta que no. Retomando la conversación, él me explicó que un auténtico gato aunque se hubiera equivocado o se hubiera saltado las normas, jamás lo hubiera reconocido. Tendría que haber sido capaz de engatusarle y engañarle. Dice que eso es un auténtico gato. Y está claro que yo no soy así.

Por ello, durante semanas, me ha sometido a tratamientos varios y a sesudas charlas en su diván. Me ha obligado a divagar por los jardines a la luz de la luna porque se supone que somos animales nocturnos –claro, eso, ellos, que duermen durante el día, pero yo en la agencia tengo demasiado trasiego para echar buenas siestas diurnas. Me han obligado a rascar en mobiliario urbano y propio en contra de mi voluntad y me han hecho practicar el engatusamiento, acercándome a extraños para dejarme tocar y cuando ya estaban encariñándose ―y yo disfrutando, para que nos vamos a engañar― me obligaban a bufarles y a sacarles las uñas en actitud irascible. ¡Uff, cómo me ha costado! Al final, lo he acabado haciendo, pero cada vez que ocurría yo sentía que iba en contra de mi mismo, que aquel no era el auténtico Play.

La semana pasada, tuve la última sesión con mi gato terapeuta y después de explicarle como me sentía, me dijo lo siguiente: Play, tú no tienes remedio. Tu bondad es irrompible y tu humanidad casi innata. Vamos que con un par de genes más, nazco niño y no gato. Total, me dijo que aquí en la clínica no podían hacer nada más y que me alentaba a marcharme la siguiente semana. No puse objeción. Ahora me siento mejor, mucho más fuerte, más equilibrado y con ganas de volver a ser el gato de la agencia, el gato muso, el gato de la buena suerte.

Curiosamente, cuando estaba a punto de salir de su despacho, el terapeuta me ha detenido y me ha dicho bien flojito al oído: Playete, sigue así. Tienes mucha suerte de tener este carácter. Sé que te sorprenderá que te diga esto, pero más de uno de nuestra especie quisiéramos ser así porque tendríamos mucho terreno ganado con los humanos. Tú que puedes convivir con ellos, aprende de ellos y enséñales que aunque gatos, también somos inteligentes, sabios y podemos mostrarles muchas cosas que ellos han olvidado.

Yo me quedé mirando sorprendido al terapeuta y le agradecí la estancia, y lo digo de verdad. Tomar distancia de mis rutinas ha sido una gran experiencia y me ha devuelto mi propio carácter. No sé si habré retornado a los instintos felinos, lo que sí es seguro es que he retornado a mis propios instintos, a los de Play o Playete ―como gustéis―, aquellos que me definen como ser. Y qué más da si soy gato negro, bueno y a veces peque de humano. Soy Play y he vuelto para seguir comprendiéndoos y metiéndome con vosotros porque, al fin y al cabo, alguien tiene que hacerlo.

PD: Un personal saludo y mucho ánimo para un juguetón y pequeño amigo, Piojo, para que te recuperes pronto y sigas engatusando a tu amita, Lore.

Ilustración by David.

Posted by Publicado por Play en 4:21
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