Apreciados lectores y blogueros:
Por fin ha llegado el momento de que os explique y que hablemos de uno de mis grandes vicios. Después de ya varias semanas leyéndome en el blog, creo queridos lectores, que hemos llegado a un punto de confianza y privacidad que me permite explicaros algo un tanto peculiar y esos son mis pequeños vicios. Cuando os diga cual es el principal entenderéis que no lo haya dicho antes, pues mi imagen pública y felina hubiera caído por los suelos.
Como buen gato, tengo vicios normales, ya sea dormir todo el día, aunque eso no sólo es un vicio felino, ¿verdad humanos?Como buen gato tengo el vicio de olisquearlo todo, pero eso más que un vicio es una necesidad. Y como buen gato, tengo el vicio de arañar, aunque eso suele ser bastante habitual entre los de mi calaña. Sin embargo, tengo otro vicio muy extraño.
Sí, os lo tengo que confesar, soy adicto, adicto a algo muy poco usual. Soy adicto a las tiras de pegamento de los sobres. Algo os había ido diciendo, pero hoy miércoles 11 de Febrero, os lo tengo que confesar. Me va el pegamento. Sí, ya sé que no soy muy buen ejemplo para vuestros hijos –si es que los tenéis- ni muy buen ejemplo ciudadano, en general, pero a decir verdad, nada me puede más que una buena tira de pegamento. Ni manta, ni carantoñas, ni pereza, ni sueño. Es oír que una mano despega una tira de cualquier tipo de sobre, cuando el tiempo se detiene y, mis ojos y mi olfato no pueden ver ni percibir otra cosa más en el universo Play. Por unos instantes, me quedo hipnotizado observando ese manjar para mi paladar. Y, a continuación, mientras se desliza del sobre, allá voy, lanzándome en picado sobre esa maravillosa tira. Os advierto que como la coja, no la suelto. Ya os podéis poner como queráis que la tira es mía y sólo mía. Y pobre de la mano amiga o enemiga que intente algo, que recibe zarpazo seguro y sino un buen mordisco.
Y es que las tiras me da un subidón. Las pupilas se me dilatan y empiezo a moverme sin ton ni son. Corriendo de arriba abajo, de abajo a arriba. ¡Uf, qué sensación más increíble!Así qué que queréis que os diga. Este gato está curado de espanto y, por eso, considera que es normal que los humanos también tengáis vicios. ¡Qué aburrida sería la vida sin vicios! Incluso, para los gatos.
Todo esto os lo cuento porque estos días atrás, un famoso deportista ha tenido que entonar públicamente un mea culpa por tomar ciertas sustancias. De acuerdo que ahora tampoco él no es el mejor ejemplo para nadie, ¿Pero quién se atreve a tirar la primera piedra, cuando todo el mundo esconde vicios?¡ Si hasta los gatos los tenemos! Y lo que aún me produce mayor indignación gatuna, es que el país que hace entonar este mea culpa es aquel donde la doble moral es la protagonista y que bajo la aparente perfección esconde lo peor. ¿Adivináis que país es?
En cualquier caso, y evidentemente, no voy a hacer una apología de los vicios, las drogas y demás. Por mi, si es con responsabilidad, que cada cual haga lo que quiera. Eso si, a mi no me toquéis las tiras. Mis tiras son sagradas. ¡Advertidos estáis!
Próximamente, más y mejores ronroneos.
Play, el gato.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Posted by Publicado por
Play
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10:08
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2 comentarios:
pues por la dilatación de pupilas que se aprecian en la foto, diría que te pusiste fino de pegamento!!
¡¡Viva los vicios!!
¡¡¡¿¿¿Qué sería la vida sin ellos??!!
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