Achús, achás (sencillo y sonoro). Salud. Achís, achís, achís, achís, achís ( bajito y repetitivo). Salud. Achusuzús (bien fuerte y estruendoso). Salud.
Esta ha sido la banda sonora habitual durante esta semana en Play. Y es que con el mes de mayo, a parte de ser el mes de María, las flores y la alegría, es el mes de las alergias. Y si tenemos que hablar de alergias básicamente existen de dos tipos: las alergias típicamente estacionales –normalmente, como hemos dicho, primaverales- y las alergias animales, que desgraciadamente, provocamos nosotros, los animales.
De las alergias primaverales, solo algunos las padecen, pero todos las sufren, pues inevitablemente estornudo va, estornudo viene y la concentración se pierde. Remedios para la situación: el mejor sería no respirar y así evitar los pólenes, gramíneas y demás especies que desencadenan estas monstruosidades. Sí, sí, no os riais, las alergias pueden llegar a ser monstruosas: a hinchar los ojos de las personas, a colorearles la nariz de tanto pañuelo y moco, a dejarles sin voz o, directamente, a verles esputar verdosidades por las cavidades bucales. En fin, para mi esa imagen es tan monstruosa como una película gore.
Precisamente, los estornudos, toses, mocos y congestiones de esta semana han sido causa de las primeras, porque afortunadamente, aquí nadie sufre los estragos de mi especie felina. Porque la verdad es que una de las preguntas que cae en las entrevistas de trabajo –por muy rara que parezca al pobre sufriente pretendiente del trabajo- es: ¿no tendrás alergia a los gatos? Es casi requisito imprescindible, casi tan importante como dominar el photoshop, el corel o demás armas para diseñar.
Las alergias a los animales, especialmente, a los gatos son menos evidentes al inicio, pero más peligrosas al final. Al principio –según me han descrito, pues evidentemente, yo no tengo alergia a los gatos, pues iría apañado-, todo empieza con un regusto extraño en la garganta. Poco a poco, la nariz empieza a picar y el moquillo a descender. Erupciones cutáneas, picores generalizados y respiración entrecortada. ¡Vaya panorama! Remedios para aliviarla: ¿Echar al gato de casa? ¡Eso nunca, muchachos! Hoy en día existen muchas posibilidades –sólo es cuestión de querer verlas- para evitar esta situación y sino, simplemente, no os acerquéis a los de mi especie.
Y estas dos son las alergias más habituales, pero también existe otra más desconocida, pero también bastante efectiva y esa sí, me afecta a mi: la alergia que sufrimos los gatos a determinados humanos. Sí, sí, ésta también existe e, incluso, está diagnosticada por la O.M.S.G. (la Organización Mundial de la Salud Gatuna). No es muy habitual, pero yo la he sufrido en alguna ocasión. Síntomas: el gato al ver a su agente patógeno sale corriendo, evita el contacto en la medida de lo posible –ya sea en forma de carantoñas o de palos-, y, sobre todo, el trato directo, pues el gato se puede revotar y maltrechar al patógeno ese. Remedios: huir de estos individuos ya sean maltratadores de animales o humanos huraños y malcarados. Eso sí, sobretodo, de los que huyo son de los alérgicos humanos para evitarles el daño y el mal trago, pero sobretodo para no ser insultado, como ocurre con algún amigo de Play –Play agencia-, ejem, por ejemplo, Daniel, que cada vez que llama pregunta por mi. Pero no creáis que lo hace con cariño. Siempre pregunta por el gato inmundo. Ese gato asqueroso que ronda por ahí. Si es que, al final, ¿entendéis porqué yo también tengo alergia a determinados humanos?
A todos mis queridos alérgicos, a ellos les dedico la entrada.
Próximamente, más y mejores ronroneos.
Play, el gato.
viernes, 22 de mayo de 2009
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viernes, 15 de mayo de 2009
Ya estamos de vuelta de Biocultura. Bueno, mejor dicho, ya están ellos de vuelta de Biocultura, porque aquí, el presente, no fue a pasearse por los stands, ni a probar las delicias ecológicas ni a que le abrieran el pericardio –si es que los gatos tenemos de eso.. Lástima porque a lo mejor hubiera vuelto con la energía y buen rollo de mis muchachos.
En general, mis chicos han comentado lo entretenido de visitar stand tras stand: aquí te ofrecemos el mejor detergente en forma de bola mágica, a continuación, firmas a favor de los animales abandonados y, un poco más adelante, te descubren una aspiradora ecológica… Eso sería ideal para la agencia y así recoger los pelos que suelto antes de que Alex me dejo sin uno.
Otros comentarios de la feria es que todo estaba muy bueno, esas butifarras, esas chistorras, esas hamburguesas. Aunque para buena, la mosca que me he tragado yo esta mañana. Yo solito la que cazado, yo solito me la he zampado. Supongo que nadie más habría querido compartirla conmigo. Y es que hacía tiempo que no sacaba mi instinto depredador. En cualquier caso, ni lo mío de hoy y ni lo vuestro del otro día, me parece muy vegetariano, pero claro, es que vegetariano no es igual a vegano ni a ecológico. Y no sólo la comida estaba muy buena, también sucedía lo mismo con algún quiropráctico que puso sus manos más de lo que debía en algún miembro del equipo Play y no diré de quién.
También hubo alguna queja generalizada: ¡Qué algunas cosas eran un poco caras! Pero no os preocupéis que aquí viene Efrén y os lo explica, que él tiene muy bien integrado ese discurso. Mucho más que yo, que al fin y al cabo, poco entiendo de dinero, de caro y barato. ¡Claro que voy a entender si soy un mantenido! Lo que sí que he entendido, después de oírlo varias veces, es que cada uno ha de recibir lo justo en relación a su trabajo. Pues ya puedo prepararme, porque llegará algún día en que me digan, búscate la vida y así podrás comprarte tu latita.
Pero lo que más ha sorprendido ha sido el ambiente general. Allí todo era paz y amor. La gente, en general, se mostraba con una sonrisa de oreja a oreja y se toqueteaban y abrazaban constantemente. Uy, pues yo creo que hay uno aquí que eso de los abrazos le habrá despertado una de sus peores pesadillas en forma de terapia de la risa. En fin, esto de achucharse entre los humanos es algo extraño. Hay quién lo necesita, hay quién lo repele y hay quién en su vida, ni se toca ni se dejan tocar –él se lo pierde. Yo, como en general, me gusta que me achuchen –y también me toqueteo a mi mismo de vez en cuando-, creo que hubiera disfrutado. Además, estoy seguro que hubiera sido el mayor espectáculo del stand. Ni camisetas, ni chapas, ni nada… El que hubiera triunfado habría sido el gato.
Pero como no hay que tener afán protagonista ni querer ser siempre el rey de la fiesta –en este caso de la feria- realmente fue mejor que me quedará en mi escondrijo. Así lo que de verdad se vieron fueron las camisetas y el proyecto. Y sobre todo el equipo que está detrás y que explicó una y otra vez que era eso de Play Attitude. Para ellos va mi entrada. Por lo que cada uno ha ido aportando que es mucho. ¡Suerte con ello!
Próximamente, más y mejores ronroneos.
Play, el gato.
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viernes, 8 de mayo de 2009
Apreciados lectores y blogueros,
Ante todo debo disculparme con vosotros por estar ausente demasiados días. No creáis que me he ido de vacaciones, simplemente, estaba entre consternado y vago. Si, vamos a ser sinceros, los gatos solemos ser bastante tranquilorros y las prisas no es algo que nos gusten demasiado. Por eso, estas semanas me lo he tomado todo con mucha calma. Además, es verdad, que también he sufrido consternación y preocupación. Consternación y preocupación por unos compañeros, que aunque de otra especie, forman parte de lo que los humanos llamáis animales: los cerdos.
Con todo esto de la gripe porcina, ahí estaban todos mis parientes animales con la preocupación al cuello, imaginando ya el peor de sus destinos: ser sacrificados por el bien de la humanidad. Total, como veis, de nuevo, los hombres echando las culpas a los animales. Ahora resulta que éramos –los animales- los causantes de la próxima pandemia mundial. Pasado el pánico inicial –avezado como siempre por los “positivos” medios de comunicación-, parece ser que no está tan claro el orígen de tan extraño virus. Si es que ya lo digo yo, no me extrañaría nada que detrás de toda esta situación, se escondiera la mano del hombre, que la tenéis muy larga. Y como además mi imaginación también es profusa, ya me veía venir una gripe gatuna, donde los felinos seríamos los transmisores de otra extraña enfermedad que convertiría a los humanos en fieros seres. Y cogerían a todos los gatos y los someterían a pruebas, los torturarían y, al final, nos aniquilarían. ¡Qué horror! ¡Creo que he visto demasiadas películas! Aclaración: Sí, películas también veo, desde que en Play pusieron una tele. Los fines de semana cuando esto está más solitario que un desierto de las películas del oeste, me estiro en el sofá y me dedico a ver una tras otra.
En fin, supongo que ahora habréis podido entender un poco más mi consternación y mi desidia. Pensaba yo: para que voy a escribir si total me quedan cuatro días mal contados. En esos momentos de agobio aquello de que siete vidas tiene un gato se me antojaba toda una utopía. Afortunadamente, todo pasa y lo que ayer era noticia de primera página hoy pasa a tercera y así hasta que nos olvidemos que existió. Y hoy con más motivo, que la primera página la ocupa otra de esas frivolidades humanas –y aquí sé que alguien me matará- que es el fútbol y que el Barça va directo a un anfiteatro romano a enfrentarse con los hooligans. En fin, de frivolidades también está hecho el hombre. No todo van a ser filosofadas como las de este gato.
Por cierto, aprovecho la oportunidad a quién me lea para deciros que nuevamente vuelvo a ser protagonista y no solo de este blog. Y es que lo tengo dicho, estos creativos tendrán mucha imaginación y capacidad, pero siempre recurren a mí. Ni derecho de imagen, ni pedir permiso, ni nada. Siempre acabo siendo el muso y la representación perfecta de la agencia. Así que si me queréis ver en cartón pluma estaré en la feria de Biocultura presentando la frescología. A ver si inoculamos ese virus positivo, no solo de palabra sino también de actos. Si queréis verme en foto pasaros por www.playattitude.com y veréis que bien poso. Y por último, si me queréis ver en carne y pelo negro, os espero directamente en Play. Estaría encantado de conocer a aquellos que me leen.
Próximamente, más y mejores ronroneos.
Play, el gato
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