domingo, 11 de enero de 2009


Por fin, han pasado las fiestas navideñas que tan poco me gustan, aunque como veréis han sido un buen recurso y una gran excusa para hablar de los humanos y su comportamiento. Con vuestras costumbres, tradiciones e historias he llenado un par o tres de entradas. Bueno, siendo sincero, con vuestras costumbres, tradiciones e historias he llenado la mayoría de este blog. Pero todo llega a su fin. No, no, tranquilos, el blog, no. Las fiestas tocan fin y ahora ya estamos en la famosa cuesta de enero. Época de vacas flacas, época de rebajas. Época de empezar todo con nueva energía, o al menos, eso es lo que supuestamente debe traer el nuevo año.

Pero a veces entrar con buen pie, en mi caso, pezuña, y una gran sonrisa en la rutina, resulta algo complicado. Porque el año empieza con un cierto desánimo y es que lo que nos rodea no cambia, aunque sustituyamos el 8 por el 9. En el mundo se sigue hablando de guerra entre humanos y de crisis económicas. Y ante todo esto, ¿qué se puede hacer? Yo, como humilde gatito, creo que las únicas armas que quedan son la sonrisa y el buen humor.

Hay que tomarse las cosas diarias con sentido del humor. Tal vez no se puedan solucionar los grandes conflictos; bueno, ni a lo mejor, los pequeños, pero tener una sonrisa siempre a mano es garantía de mejor vida.¡Y es que no sabéis qué suerte que tenéis! Porque por desgracia esas dos cosas –el buen humor y la sonrisa- son únicamente patrimonio del ser humano. Hay que reconocerlo, los gatos ni tenemos demasiado sentido del humor ni una sonrisa demasiado amplia. ¡Qué envidia me dais! Mira por donde, he encontrado la primera cosa que os envidio... Eso, sí, siempre envidia sana.

Por esta razón, vosotros, que podéis reír, intentad reír mucho y si es de vosotros mismos, mejor que mejor. ¿Y cómo conseguirlo? A pesar de las penas reales y de las infundadas, buscad buen humor en todo lo que hagáis. Da igual como sea, con unas cervezas o una borrachera, con una película o con una charla, mirándoos al espejo o con una sesión de sexo.

Y si aun así no os reís, siempre podréis acudir a una cosa que habéis inventado y que resulta de los más curiosa: la risoterapia. Eso de revolcarse, tocarse y descojonarse -perdón por la expresión- de uno mismo y del otro. Aunque yo sé que más de uno en esta agencia piensa que la risoterapia es sacrilegio y que el terapeuta es un torturador encubierto.

El caso es siempre mantener el buen humor. Y vosotros, que podéis reíros, reíd, para empezar bien el año y continuarlo con ánimo, que yo mientras tanto permaneceré impasible con mi media sonrisa dibujada bajo los bigotes. Repito: ¡qué envidia que me dais!

Por cierto, he tomado prestado con permiso de los creativos de la agencia –mejor dicho, sin permiso, ni autorización, pero creo que a estas alturas hay confianza- la frase que da título a la entrada. Es tan buena y magnífica esa frase que debía utilizarla –un poco de peloteo, que a los creativos siempre les gusta que les adulen un poco. Espero no toméis represalias y dejéis a este gatito sin mimos, ni latita de los viernes.

Posted by Publicado por Play en 10:19
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3 comentarios:

mireia dijo...

Si a mi reirme me gusta un rato, y si es con este gato que sabe escribir y cerrar bares, mejor que mejor, pero a veces los "factores externos" ponen difícil que las sonrisas afloren... tomo nota, y ya que mi persona me lo permite voy a practicar unas risas ;)

:DVD: dijo...

La verdad es que si con unas cervezas, una borrachera, unas buenas muecas delante del espejo o con una sesión de sexo no te ríes, ya poco podrá hacer un risoterapeuta... Y si no, siempre nos queda releer tu blog, que al menos una sonrisa si nos sacas...

desiree dijo...

como dijo nuestro querido "jandro" del hormiguero..., no hay mejor risa que un buen pedo, eso nunca falla jijijij