viernes, 14 de noviembre de 2008


Apreciados lectores y blogueros,

Ayer por la tarde me hice un poco más humano. Entendí una cosa que los humanos soléis buscar en todo lo que tenéis, pero que nunca había comprendido el porqué: la seguridad. Estos días entre las mesas y las pantallas de ordenadores, he ojeado información sobre seguros para los humanos. Cosas del trabajo de mis compañeros. Seguros de salud, seguros de vida, seguro por accidente, seguros para coches, seguros para casa, incluso, seguros para animales domésticos. Por mucho que me he paseado por entre esos folletos, no lograba entender nada. ¿Por qué ese ansía por asegurarlo todo? ¿Es normal querer mantenerlo todo bajo control? He llegado a la conclusión que entre los humanos es algo natural, casi, casi instintivo. Pero no entendía el porqué. ¿Seguros de salud y seguros de vida? ¿Cuál es la diferencia? Porque lo que está claro es que si tienes salud, tienes vida. No hay más vuelta de hoja. Pensé que tal vez existen esos seguros porque, al fin y al cabo, vosotros, los humanos no tenéis siete vidas como los gatos –excepto, que creáis en la reencarnación, pero eso ya es otro tema. Pero entonces, ¿para que existen los seguros por defunción? –yuyu, el tema muerte me da mala espina-, donde, por lo visto, tus familiares más cercanos cobran dinero porque tú te mueras. Aquí ya sí que me pierdo. Se sustituye a la persona y todo lo que significa por dinero… Y, finalmente, la gama de seguros que protegen aquello que supuestamente es tuyo, tus posesiones. Pero, fijaros, que yo como gato no era capaz de entender porque queríais protegerlo todo hasta ayer.

Ayer por la tarde estaba escribiendo el texto para esta entrada. Todo parecía salir bien. Estaba inspirado y en racha. Tecleaba rápido, tan rápido como me lo pueden permitir mis pezuñas, para que las palabras no se me escaparan. Casi, casi había finalizado la entrada, cuando, pataplás, algo pasa en el ordenador. La pantalla me advierte de un virus y, de repente, aquello deja de funcionar. Intenté golpear con mi pata el teclado y el ratón y arañar la pantalla. De nada me sirvió. Todo lo que había escrito se perdió, el ordenador empezó a fallar sistemáticamente y nada se pudo hacer por recuperar la entrada. Maullé de indignación como hacía tiempo que no maullaba. Ese fue el punto de inflexión.

Si hubiera tenido un sistema antivirus – así se llama, ¿verdad?-, un sistema de seguridad, esto no me hubiera pasado. Desde ese momento, entendí que los humanos buscáis la seguridad para no perder aquello que más apreciáis. Buscáis la seguridad para calmar vuestras dudas y miedos. Buscáis la seguridad porque queréis evitar el dolor de la pérdida. Sin duda, ayer este gato se hizo un poco más humano. Y encima le tocó volver a escribir esta entrada.

Próximamente, más y mejores ronroneos.

Play, el gato

Posted by Publicado por Play en 6:02
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1 comentarios:

desiree dijo...

uuuu bienvenido al mundo humano querido gatuno!